Las estadísticas señalan un incremento constante del número de divorcios: Según el INEGI, en México en el 2013 se registraron 108 mil 727 divorcios, en 2012 fueron 99 mil 509 y en 2011 la cifra se ubicó en 91 mil 285, es decir ha habido un incremento considerable del divorcio. Del mismo modo, Europa es el continente más divorciado del planeta, con Bélgica en primer lugar (un 71%) mientras que España se sitúa entre los cinco primeros países, alcanzando un 61%. Por otro lado, Chile es la nación donde menos divorcios se registran, apenas un 3%, seguida de Vietnam (4%) y Libia (5%). Quedan fuera de este mapa países de los que no se tienen registros, lo que, en la práctica, viene a significar que en ellos no está normalizado. Esto sucede, sobre todo, en las naciones árabes, africanas y del Sudeste asiático. Actualmente hablar de divorcio ya no es un tabú, las tasas de divorcio reflejan que este fenómeno es cada vez más común y sobre todo que es normalizado y aceptado por la sociedad como una variante más de los sistemas familiares.
El divorcio es una alternativa viable para restablecer la salud y el equilibrio familiar, pues al dejar a un lado las expectativas sociales de “uniones de por vida” y los prejuicios sociales de ir en contra de este deseo de matrimonios eternos y tener la posibilidad de separarte de una persona con la que a través de la convivencia has descubierto que no eres compatible, es un gran avance social hacia una libertad incondicional y hacia una mayor salud de la unidad familiar.
No hace muchos años las personas aun vivían un martirio pues el divorcio era impensable, era tener que vivir toda tu vida con alguien que en un principio creíste de una forma y resulto ser de otra, o que simplemente en el día a día el amor no fue suficiente y tuvieron más peso los rasgos de personalidad de cada uno y las diferencias. Hoy por hoy, uno ya no tiene que vivir atado a otra persona, siendo infeliz solo porque es lo “correcto” de hacer.
Sin embargo, a pesar de toda esta libertad, aceptación y esta eliminación de los prejuicios del divorcio, muchas de estas separaciones se siguen haciendo de forma caótica, inestable e incluso violenta. Los implicados terminan dañándose hasta el final, como si el simple hecho de separarse no fuera ya lo suficientemente doloroso y complicado. Más aun, el problema principal es cuando quienes se divorcian tienen hijos, pues estos niños(as) sufren aun más esta decisión, bajo la cual no pueden hacer nada y si además es manejada de una manera conflictiva las consecuencias negativas pueden ser bastante severas para estos menores.
Errores más comunes que se tienen con los hijos durante un proceso de divorcio
Hacer de tus hijos mediadores y/o árbitros: Los niños comienzan a vivir una batalla campal en la cual están en medio de los bombazos y las granadas. Imposible no salir herido. Incluso, muchas veces inconscientemente los hijos(as) suelen buscar mediar la problemática de pareja a través de comportamientos problemáticos, consciente o inconscientemente, que desvíen la atención de los padres hacia él o ella (agresividad, aislamiento, bajo rendimiento escolar, síntomas psicosomáticos, trastornos alimenticios etc.)
Convertir a tus hijos en agresores y/o aliados: Cuando los padres/madres ponen a los hijos/as en contra de la otra parte, se les quita libertad y no se les deja que ellos tomen la decisión por sí mismos de si es una relación que ellos verdaderamente desean mantener o no. Este tipo de errores generan después mucha culpabilidad y arrepentimiento en los hijos. No prives a tus hijos(as) de tener una relación significativa en sus vidas.
Agredir a tus hijos y convertirlos en tu punchingbag: como por ejemplo, hablándole mal de su padre/madre, su padre/madre es parte de quien él es, él/ella es a partir de él, insultar a su padre o a su madre es indirectamente insultarlo a él, o también soltar tu furia con tu(s) hijo(a/s), después de una discusión o desacuerdo, siendo más estricto(a) de lo normal, incluso agresivo(a).
Enfocarte en el conflicto y desampararlos y olvidarte de ellos, de sus necesidades y deseos: Por querer “ganar”, terminas enfocándote en lo menos importante y olvidándote de lo más importante, tus hijos(as).
Omitir sus pensamientos y sentimientos: No escuchar sus necesidades emocionales y pasar sobre de ellas por intereses personales, es un gran error, tienes que recordar que él es el más afectado dentro de esta situación, dos personas están tomando decisiones que influirán y cambiarán su vida, sus emociones y creencias. Escúchalo/a(s) y tómalos en cuenta, minimiza su incertidumbre, frustración y malestar. Lo ideal sería que logren transmitirle seguridad como padres, independientemente de que el proyecto de pareja finalice, que él/ella/ellos sientan la seguridad de que pueden contar con ustedes independientemente de sus diferencias.
Convertirlos en mensajeros: El típico “Dile a tu papa” o “Dile a tu mamá”, el hecho de que hayan decidido divorciarse, no convierte a su hijo en el portavoz de aquellas cosas que hay que acordar en cuanto a la educación de los hijos se refiere, uno de los nuevos retos que tiene el divorcio es restaurar la comunicación como padres de los mismos hijos.
Efectos negativos en los hijos de un divorcio mal elaborado
Cómo anteriormente se mencionó un divorcio mal manejado, puede tener diversos efectos negativos en los hijos(as), entre ellos:
Emocionales: Tristeza, Depresión, Enojo, Agresividad, Confusión, Culpabilidad, Ansiedad etc.
Problemas psicosomáticos: Dificultades para dormir y alteraciones del sueño, alteraciones del hambre, falta o exceso de apetito, enfermedades.
Dificultad para concentrarse.
Problemas en el rendimiento académico y en sus actividades diarias.
Problemas sociales y dificultad para solucionar problemas.
A futuro, modelos de relación conflictivos e incluso patológicos.
Claves para divorcios sanos e hijos felices: ¿Cómo puedo lograr divorciarme sanamente para no dañar a mi hijo?
Podrás tener diferencias con tu ex pareja que te han llevado a tomar la decisión de terminar el proyecto de pareja, pero recuerda, que lo que si tienes en común con tu ex pareja es una de las cosas más importantes en tu vida, tus hijos.
Las cosas de adultos y de pareja se hablan entre adultos y en pareja, no tengas conversaciones enfrente de tus hijos, los términos de la separación se hablan y se pactan entre ustedes, ya que lleguen a un acuerdo, pueden comentárselo a los niños en conjunto y hablar de las ventajas que tendrá esta decisión para ustedes como nuevo sistema familiar y para ellos como hijos.
Mantengan congruencia con las reglas en cada casa y con el estilo de vida que llevará tu hijo(a), horarios etc., aunque seguramente cada uno tendrá un estilo de llevar a cabo su maternidad o paternidad, es importante mantener congruencia y llegar a puntos intermedios.
A menos de que se trate de un caso de violencia de género, violencia intrafamiliar, consumo de drogas o de cualquier circunstancia que pudiera poner en riesgo la seguridad física y/o emocional de tu hija(o)s, es importante que permitas que sigan relacionándose libremente con su otro progenitor y respectiva familia.
Pregúntale a tu hijo como se siente, que piensa, cuáles son sus miedos e inquietudes, de qué manera tu separación se puede llevar a cabo para que tu hijo o hijos no sientan que ellos también se están separando.
Cómo contestar a la pregunta ¿Porqué se están separando?…. No entres en detalles innecesarios para tu hijo, no lo agarres de psicólogo, ni de mejor amigo, explica lo necesario y acorde a su edad, lo ideal sería que se explicará entre los dos y al mismo tiempo.
Trata que todo siga siendo normal, que su vida se altere lo menos posible. Lo ideal es una custodia compartida y que el niño siga yendo al mismo colegio y actividades etc. Si por algún motivo el divorcio requiere de una separación geográfica, es importante buscar que el niño tenga contacto constante con su otro progenitor (video llamadas, vacaciones etc.)
Tu hija(o) no es un trofeo, no tienes que competir por él, es una persona, no puedes dividirlo. Permitan que él/ella se relacione con los dos.
A ver, claro está que si ambas partes cooperan, papá y mamá, será más fácil acordar los términos del divorcio y llevar a cabo esta decisión de la manera más respetuosa, asertiva y pacífica posible. Sin embargo, imaginando que tú estés dispuesto y que sientas que tu ex pareja está actuando de formas que generan conflicto, también puedes hacer varias cosas para minimizar el daño y que tu hijo o hijos no sufran las consecuencias, como por ejemplo, acudir con un profesional que sirva de intermediario y que pueda intervenir y actuar de manera objetiva, Si es necesario acudan con: orientadores, mediadores y/o psicólogos familiares que sabrán ayudarlos a resolver el divorcio de una manera sana para cada miembro del sistema familiar.
La mejor manera de hacer esto es ponerse en los zapatos de los menores, las dos personas a quien más ama ya no estarán juntas, añadirle frustración y dificultad a este proceso solo aumentará su dolor. Recuerda que todo lo que tu hijo experimente y perciba, será su modelo base de cómo relacionarse y como actuar ante el conflicto con otra persona. Los niños son como esponjitas que absorben las vivencias tempranas, es importante que le des un ejemplo asertivo, pues esto contribuirá positivamente en su forma de relacionarse en la juventud y la adultez.
Acuerdate, divorcios sanos, hijos felices!