La migración ha existido desde el comienzo de la humanidad. Actualmente, los motivos personales o circunstanciales del proceso migratorio son muy amplios y diversos, aunque en general, el fenómeno migratorio representa en el fondo para la mayoría de las personas una oportunidad de encontrar nuevas y mejores alternativas de vida.
Sin embargo, aunque la migración tiene dicha finalidad positiva de cambio y evolución, la mayoría de las personas suelen atravesar por un fenómeno denominado “duelo migratorio”. Y normalmente cualquiera pensaría: “Pero si vives en el extranjero...¿De qué te quejas?...¡Ya quisiera yo!”.
Pesé a las ventajas que la migración pueda representar, cualquier persona que viva en otro país experimenta en mayor o menor grado un proceso de duelo migratorio. El simple hecho de vivir en el extranjero y salir de tu zona de confort ya implica un proceso de adaptación a los nuevos retos que otra cultura y otro país representan. Y a todo eso, se le añaden los propios procesos personales, emocionales y/o mentales con los que cada persona emprende esta aventura: si te vas para a estudiar o para trabajar, con una pareja o sin pareja, o a vivir con una pareja de dicho país, con tu familia o sin tu familia, por una situación de refugio y/o asilo político, con un ser querido enfermo en casa, después de una ruptura, como un sueño que se tenía desde hace mucho tiempo, o sabiendo que es la única manera de sobrevivir etc.
¿En qué consiste el duelo migratorio?
El duelo migratorio, es el proceso de adaptación psico-social que vive una persona que decide cambiar de residencia a otro país. Este proceso es personal y subjetivo pues como anteriormente se ha mencionado, tiene estrecha relación con lo que cada persona deja en su país de origen: su familia, sus amigos, su situación social, su historia de vida etc. A continuación se describen algunos de sus características y síntomas:
1. Sentimientos de Tristeza y Nostalgia
La nostalgia es uno de los sentimientos más comunes. La tristeza ante la perdida de las tradiciones, la cultura y la rutina que se tenían en el país de origen (el idioma, la comida, la forma de vida). La tristeza de sentir que uno no puede ser quien realmente es, esta sensación de perdida de uno mismo, de la identidad. Esa sensación de no ser nunca de ahí y regresar y no ser de allá, como si se hubiera convertido uno en un permanente extranjero. Una gran amiga italiana ante su regreso a España me decía “jamás conocerás mi versión italiana...aquella en donde uso las palabras correctas o en donde soy graciosa en mi propio idioma, esa “yo” que no tiene que pensar lo que va a decir, que lo dice y que fluye.”
¿Cómo superar los sentimientos de tristeza y nostalgia?
Muchas veces se idealiza lo que se ha tenido y esta idealización impide que apreciemos lo positivo de nuestra situación actual. El que disfrutemos de las nuevas ventajas que nos brinda un nuevo país, no elimina todo lo positivo que nuestro país de origen pueda ser o tener. En cuanto a los sentimientos de tristeza por el sentimiento de perdida de identidad, es importante que siempre tengas en mente que nunca dejas de ser tu; eres tu, pero acoplándote e incorporando todas las nuevas experiencias y estímulos. Es más, por fin puedes desapegarte del rol al que estabas atado, empezar a ser tu, empezar a ser quien quieres ser. Haberte ido es también una grande oportunidad para re-descubrirte y re-definirte.
2. Sentimientos de Soledad
La separación y la distancia con respecto a nuestros seres queridos puede provocar en un principio un sentimiento de aislamiento y de falta de pertenencia al nuevo lugar en el que se vive. Se llega a sentir un vacío afectivo y este sentimiento refuerza la creencia de incapacidad para relacionarse y vincularse con personas nuevas. Tal fue el caso, de un paciente que asistió a sesiones porque refería sentirse paralizado cuando quería hablar con alguien nuevo, sentía que no sabia como acercarse o que decir, como si nunca antes lo hubiera hecho. En mi experiencia, por estar pensando que no podía ver a mis amigos y a mi familia, me encerré en un principio a conocer y hacer amigos aquí, lo cual únicamente me hacía sentir más sola y aislada.
Del mismo modo, también se puede vivir una “perdida del estatus social”, y no solo me refiero a las facilidades económicas y sociales que uno percibe en su propio país, sino que uno es “alguien” por así decirlo, tiene contactos, conoce gente, tiene una red de apoyo, tiene un circulo social y en el extranjero uno llega desde cero, empieza siendo “nadie”, el nuevo, el extraño, el que no es de ahí.
¿Cómo superar los sentimientos de soledad?
Enfocarnos en lo que no tenemos no nos permite disfrutar lo que si tenemos, la soledad es subjetiva, porque uno en la distancia aprende más que nunca, que se tiene a si mismo y que no hay compañía, ni relación mas valiosa que la que uno construye consigo mismo. También se aprende que las relaciones verdaderas no se pierden, sino se transforman y/o se fortalecen. Busca seguir en contacto con quienes son importantes, pero sin que eso te limite de hacer una nueva vida social en tu nuevo país, sal, conoce gente, inscríbete a alguna actividad que te guste. No te encierres.
3. Sentimientos de Culpabilidad
Muchas personas tienden a sobre responsabilizarse, a sentirse culpables por “abandonar” a sus familias y amigos. Se culpan por salir del país y ven la salida no como una oportunidad, sino como un fracaso. También al llegar pueden comenzar a sentir arrepentimiento de haber tomado la decisión de haberse ido a vivir a otro lugar.
¿Cómo superar los sentimientos de culpabilidad?
Primero que nada, ni en tu país, ni fuera de él eres responsable de los demás, ni de lo que le pase a los demás y en caso de que así lo fueras (si eres padre o madre de niños pequeños o estas a cargo de una persona que tenga algún tipo de discapacidad y que por lo tanto sea dependiente de ti), estoy segura que una de tus principales motivos de haberte ido fue el bienestar y la mejoría en la calidad de vida de estas personas. Sentirte culpable lo único que va a generar es que no puedas hacerte cargo de ti mismo. ¿No has visto que en los aviones siempre ponen una indicación que en caso de despresurización de la cabina te pongas primero la máscara de oxígeno y luego ayudes al otro?, pues así también es en la vida, no puedes culparte por no hacerte cargo de los demás primero, primero tienes que estar bien y estable tú, para poder ayudar a los demás y una cosa es ayudar y otra cosa es hacerte cargo de los demás totalmente. No cargues con más responsabilidades de las que verdaderamente tienes. También piensa que aunque tus seres queridos te extrañen están orgullosos de este gran paso que has dado, es difícil la distancia, pero ellos saben la valentía que has requerido para hacerlo.
4. Sentimientos de Miedo
¿A quien no le ha pasado por la mente que todo lo terrible pasará al no estar?
El miedo a la muerte de un ser querido, un accidente, un fenómeno natural, una enfermedad, o por ejemplo en el caso de países con cierta inseguridad como el mío, México, el miedo a que las personas a las que quieres sean víctimas de esa violencia y esa inseguridad. Esta sensación irreal de perdida de control, como si realmente al estar ahí tuviéramos el control o la capacidad de evitar que situaciones desagradables sucedan. Este miedo de no poder hacer nada al respecto o ayudar en cualquier situación que surja. A mi en lo particular a veces me ataca este sentimiento irracional, es real que cualquier cosa puede pasar, pero de nada me sirve estarme martirizando sin motivo y sin razón todos los días, pensando que pudiera o no pasarle algo malo a mi familia o a mis amigos, este tipo de pensamientos solo me generan ansiedad y miedo y no me dejan tranquila en mi día a día. También, se puede presentar el miedo a los peligros que uno mismo pueda correr, el miedo a lo desconocido, el miedo a la incertidumbre, a no saber que va a pasar o que será de ti. ¿Te ha pasado?
¿Cómo superar los sentimientos de miedo?
Como ya lo he mencionado anteriormente en otros artículos, todas las emociones tienen una función, la del miedo es la de proteger, la previsión de ciertas situaciones puede llevarte a actuar de maneras en que minimices riesgos. Pero, viviendo en otro país, lo mejor es combatir los pensamientos que nos generan miedo, pensamientos basados en situaciones futuras que están basados en suposiciones catastróficas. Para eso te recomiendo que siempre busques contestar estas tres preguntas: 1. ¿Me sirve de algo pensar de esta manera? 2. ¿Tengo evidencias de que esto pueda suceder?, 3. ¿Si yo pudiera estar allá realmente cambiaría cualquier situación que pueda pasar?
Nosotros no podemos evitar muertes, ni enfermedades, ni terremotos o huracanes, tenemos que aceptar nuestra incapacidad para controlar las situaciones, tenemos que aceptar nuestra condición de humanos, deja de preocuparte por cosas que no sabes si pasarán, deja de preocuparte por cosas que no puedes controlar! Enfócate en el aquí y en el ahora, eso eliminará tu ansiedad y tu miedo.
5. Sentimientos de Desengaño.
Típico que uno siempre idealiza el lugar al que se va a ir, en mi caso: “España, es Europa, es perfecto….” Pero ya que llegas te das cuenta que aunque es precioso, también tiene sus pros y sus contras como cualquier lugar, que algunas cosas te sorprenden y otras son muy diferentes a lo que esperabas o habías imaginado. La realidad frustra alguna o varias de nuestras idealizaciones, y esto nos puede hacer caer en el sentimiento de sentirnos engañados y defraudados con las expectativas que habíamos generado. Por ejemplo, el American Dream de muchos, en donde situaciones como estar sin papeles o sin visa o la dificultad de encontrar un trabajo, hacen que despertemos de la idealización y que caigamos a veces en una cruda realidad.
De pronto lo que parecía sencillo y casi mágico, se ve cuestionado cuando entra en juego la satisfacción de nuestras necesidades básicas y vitales, como por ejemplo la lucha por la supervivencia, tener un trabajo o dinero suficiente para poder comer, vivir y realizar el proyecto que teníamos en mente al migrar.
¿Cómo superar los sentimientos de desengaño?
Lo más importante es saber diferenciar entre lo que si esta en nuestras manos y lo que no, esto ayuda a que no nos frustremos por cosas que no dependen de nosotros y que no podemos cambiar. Por ejemplo: Buscar trabajo, enviar curriculums y buscar alternativas es una responsabilidad nuestra, pero si la situación del país, laboral y económica, no es la mejor, no esta en nuestras manos generar más trabajos.
En conclusión, los sentimientos y reacciones anteriormente mencionados son normales y cada persona los vive de manera particular. Tal vez el duelo migratorio de un estudiante que sabe con certeza que en un año regresará a casa, será menor, que el de una persona que llega por asilo político y no sabe cuando pueda regresar a su país. O seguramente, si la persona no habla bien o no habla el idioma del país al que llegó, si en el mismo idioma puede llegar a ser difícil, en otro idioma puede ser aun más pesado, ya que el lenguaje es nuestra principal herramienta de comunicación y adaptación a esta nueva sociedad.
¿Cómo sobrellevar efectivamente a un proceso de duelo migratorio?
Recuerda que si ya te atreviste a dar este gran paso, quiere decir que tienes la capacidad para adaptarte a él, que la valentía que has tenido para salir de lo conocido, será la misma valentía que te ayudará a encontrar tu camino en lo desconocido.
Se fiel a ti mismo, conserva tu esencia, utiliza tus recursos como extranjero, eres diferente a los demás y eso es un punto a tu favor, no pierdas la esperanza, levántate día a día a hacer lo que tengas que hacer para conseguir estar en paz en este nuevo camino, pregúntate diario ¿Que estoy aprendiendo, de mi y de mi vida?, aduéñate de la sabiduría que te da cada situación nueva que vives. Recuerda diario los propósitos que te han traído hasta este nuevo lugar, no los pierdas de vista, síguelos, llévalos a cabo, actúa.
Expresa lo que sientes, no te guardes nada, a veces uno no quiere preocupar a quienes están lejos o resultar ser una carga para quienes acabamos de conocer, pero solo expresando lo que sentimos al vivir en otro país, solo así, uno puede lidiar con los efectos y sensaciones negativas.
No olvides que esta nueva situación de vida no te resta, te suma. Suma y amplia tu visión del mundo, tu percepción de las experiencias, tus valores, te hace más de lo que ya eras. El duelo es un proceso de crisis y adaptación natural, pero también es un proceso de evolución y crecimiento. Aprenderás de ti cosas que no
aprenderías en casa, cosas en las cuales trabajar y evolucionar y cosas de las que te sentirás orgulloso y sorprendido, pues no sabias de lo que eras capaz.
Como dijo una gran amiga colombiana, “irse a otro país es un acto de valentía y coraje…abandonar todo con la inseguridad de no saber que le depara el destino, no es más que eso, un acto de valentía” Y eso, solo dice una cosa de ti, que eres valiente, que eres fuerte, que puedes!
Recuerda que el amanecer se logra ver desde cualquier lado del mundo!