Todos alguna vez en la vida nos hemos sentido tristes o melancólicos. Todos hemos pasado situaciones dolorosas o sin razón hemos sentido una sensación de vacío. Sin embargo, cuando estos estados de ánimo perduran en el tiempo, interfieren con nuestro día a día y nos hacen perder el sentido del valor de nosotros mismos y de nuestra existencia, estamos hablando de depresión.
¿Qué es la depresión?
La depresión es una enfermedad mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas. Hay diferentes tipos de depresión, depresión grave, depresión acompañada de psicosis (delirios y alucinaciones), depresión postparto, depresión estacional (normalmente se presenta en invierno), distimia (una forma más leve de depresión), etc. Todas ellas, de una u otra forma, nos hacen perder nuestro equilibrio y bienestar.
Entre sus síntomas más característicos se encuentran:
Sentimientos de tristeza y vacío constantes.
Sentimientos de desesperanza y negativos
Sentimientos de culpa e incapacidad.
Pensamientos irracionales, catastróficos o fuera de la realidad que afectan el auto concepto y el sentido de vida.
Pérdida de interés en actividades y pasatiempos que la persona disfrutaba realizar.
Fatiga, falta de energía, problemas de sueño (insomnio, despertar muy temprano o dormir demasiado)
Problemas y alteraciones alimentarias (comer en exceso o poco)
Dificultad para concentrarse.
Malestares físicos: dolores corporales etc.
Abuso de substancias y conductas autodestructivas.
Sin embargo, la frecuencia, la gravedad, la duración de los síntomas y del tipo de depresión varían de persona a persona. Por ejemplo, hay personas que pueden tener una depresión grave y pueden parecer más funcionales que alguien que tiene distimia. La depresión también se presenta de manera diferente según la edad y el ciclo vital de la persona.
¿Cuáles son las causas de la depresión?
La pregunta del millón, no hay una única causa de la depresión. Algunas personas la desarrollan por genética o por factores bioquímicos, otras personas la desarrollan debido a un estado psicológico producto de ciertas vivencias, situaciones o experiencias en su vida, otras por una combinación de todos estos factores.
Puede ocurrir un episodio depresivo con o sin antecedente, sin o con alguna situación traumática, sin o con la pérdida de un ser querido, sin o con una relación tóxica, sin o con una enfermedad degenerativa etc.
¿Cómo afrontarla?
La depresión, aun en los casos más graves, es un trastorno altamente tratable. Es importante actuar lo más pronto posible y acudir con un especialista de salud mental que intervenga eficazmente. En los casos menos graves las personas pueden afrontar y superar la depresión con psicoterapia, sin embargo, es necesario que se realicen evaluaciones médicas para saber con seguridad si es necesario un tratamiento psiquiátrico. Es recomendable, que el paciente que sufre depresión grave tenga ambos tratamientos, pues el medicamento minimiza los síntomas, y equilibra las sustancias bioquímicas del cerebro que producen la alteración anímica, y por otro lado, la psicoterapia permite que la persona externalice sus sentimientos y aprenda maneras efectivas y funcionales para gestionar y manejar sus emociones y las vivencias y retos de la vida diaria, además el paciente también puede desarrollar habilidades cognitivas para hacer frente a las creencias irracionales y catastróficas que generan la depresión.
En el caso de la medicación y las dosis del tratamiento para la depresión, varían según la persona, por eso es tan importante asistir con un especialista que te de la dosis específica y necesaria, minimizando los efectos secundarios. También es importante que tomes en cuenta que hay un proceso de adaptación al medicamento, tal vez los primeros días no sientas o sientas mucho sus efectos, pero son necesarias aproximadamente de 2 a 3 semanas para poder estabilizar sus efectos y empezar a percibir las bondades y beneficios del medicamento.
En cuanto a la psicoterapia, no hay un único tipo de terapia específico para la depresión, sin embargo, hay terapias que han estudiado sus efectos y resultan ser efectivas, como la cognitivo conductual (terapia enfocada en cambiar los estilos negativos e irracionales de pensamiento y de comportamiento) o la interpersonal (terapia enfocada en ayudar a las personas a mejorar sus relaciones personales), además, hay especialistas en los trastornos del estado del ánimo, que independientemente de su corriente o estilo, tendrán mayores conocimientos para tratar este problema.
Además del tratamiento ¿Qué puedo hacer?...
Retoma los hobbies y actividades que disfrutabas hacer.
Comienza nuevas metas, busca nuevos retos que te motiven o te resulten atractivos. Recuerda establecer metas a corto plazo, no te cargues de trabajo, cárgate de energía primero.
Práctica deporte: ve al gym, sal a correr, anda en bici, nada, haz yoga. La actividad física genera endorfinas, es excelente para mejorar el estado anímico.
Recupera tu vida social, pide ayuda a tus amigos y familiares, sal con ellos. No te aísles, no estás solo.
No tomes decisiones trascendentales (casarse, separarse, cambiar de empleo o residencia), no intentes eliminar tu depresión con cambios drásticos. Espera hasta que estés mejor contigo mismo, hasta que tengas una visión más objetiva y positiva de la vida, para que no tomes decisiones precipitadas y te arrepientas a futuro.
Piensa positivo, después de la tormenta viene la calma, muchas personas han salido de la depresión, y no solo eso, tienen una vida completamente diferente, tu puedes lograrlo también.
¿Cómo ayudar a alguien que tiene depresión?
Algunas veces, es un ser querido o un amigo quién está sufriendo este problema, y queremos ayudarlo pero no sabemos cómo. Algunos de estos Tips pueden serte de gran ayuda:
Ofrécele apoyo emocional, comprensión, paciencia, y animo.
Nunca desacredites, ni minimices los sentimientos de tu familiar o amigo, bríndale una visión real, objetiva y esperanzadora.
Compártele tu experiencia, hazle saber cómo has salido adelante de situaciones difíciles, hazle saber que no es el único que se ha sentido sin esperanza y sin creer en sí mismo, que hay más vías para salir adelante.
Anímalo a asistir con un especialista, pregúntale si quiere que lo acompañes, apóyalo durante su tratamiento y su proceso.
Nunca ignores, ni minimices los comentarios o señales de suicidio y comunícalos a otros familiares, amigos, a su terapeuta o especialista.
Invita a tu amigo(a) o familiar a caminar, a hacer actividades que los distraigan y lo hagan salir de su estado de aislamiento. Si no quiere, no la presiones, pero tampoco desistas o te des por vencido. Hazle saber que estas ahí cuando lo necesite.