La idea “patológica” de amor que la sociedad nos ha vendido a través del tiempo, ya sea a nivel pareja o en cualquier tipo y/o nivel de relación, es representada por ese amor en el que uno se desvive por la otra persona, siendo incondicional en todo momento y velando siempre por el bienestar y la felicidad del otro. “Responsables” de cubrir las necesidades de quienes amamos y haciéndolos “responsables” de cubrir nuestras necesidades. Sobre todo ese amor en donde las personas hacen todo juntos, lo son todo el uno para el otro y básicamente en donde su existencia no podría suceder o no tendría razón de ser sin la otra persona. De hecho, socialmente una persona “sacrificada” es mejor vista, que aquella que piensa en su bienestar y después en el del otro, también, es mejor vista la persona que tiene muchas relaciones que aquel que actúa de manera más independiente.
A partir de esta creencia todos tenemos la presión de ser: hijos e hijas eternamente agradecidos que tienen que pagar con su vida por esa misma vida que se les ha dado, madres o padres devotos que tienen que olvidarse de quienes son para solo ser padres, novios y novias que se desviven por su pareja y minimizan e incluso eliminan su mundo social, los amigos que se dejan en segundo plano para ayudar en todo momento a que sus amigos estén bien, pero sobre todo , cargamos con esa exigencia de hacer y estar para el otro a nivel “OXXO”, las 24 horas del día, los 365 días del año, todo esto con la finalidad de no perder ese vínculo, de no quedarnos solos.
Y no me malinterpreten, dar es un excelente acto que brinda recompensas positivas a cualquier ser humano; la bondad, la generosidad y el amor son valores que debemos fomentar y sobre todo llevar a cabo en nuestras vidas, pero ¿Hasta qué punto dar y hacer para el otro me hace olvidarme de mí? ¿Hasta qué punto caigo en priorizar las necesidades y deseos del otro, olvidando las mías? ¿Hasta qué punto todo lo que hago está motivado por la necesidad de que el otro se quede a mi lado?, ¿Hasta qué punto ese amor que creo tener es amor y en qué punto es una dependencia emocional hacia la otra persona?
Hoy hablaremos sobre la Codependencia, ese amor ficticio que nos daña más de lo que nos beneficia, que dificulta nuestras vidas y que se vuelve una contradicción del verdadero objetivo y fin que tiene cualquier relación íntima o vínculo emocional significativo: brindar apoyo y seguridad, compartir, aprender y crecer.
¿Qué es la Codependencia emocional y cuáles son sus características?
La Codependencia emocional es un estado psicológico que presentan algunas personas en sus relaciones (de pareja, familia o amistad). Este estado tiene como característica principal, un fuerte desequilibrio, donde el dependiente se somete, idealiza y magnifica al otro. La Codependencia emocional es producto de una baja autoestima y de vínculos de apego inestables e inseguros en la infancia, que no les permitieron desarrollar un vínculo seguro con sus cuidadores y por lo tanto, seguridad ante la separación con el otro y la búsqueda de la individuación. Una de las dificultades es que estas relaciones reproducen y mantienen esa baja autoestima y los patrones de relación patológicos de dependencia.
La Codependencia emocional es también la adicción a las emociones que esa persona desencadena en ellos. Ya que las emociones también liberan sustancias químicas en el cuerpo que son muy adictivas, como por ejemplo la adrenalina que se segrega ante el amor y la expectativa de esa persona amada.
Las 10 características principales de la Codependencia Emocional son las siguientes:
Necesidad de Aprobación externa. Darle prioridad al otro y estar siempre preocupado por complacer a los demás. Las personas codependientes sacrifican sus necesidades para atender primero las de su pareja o de otras personas a tal grado en que terminan dejando de lado sus deseos, aficiones e incluso sus necesidades hasta convertirse en la sombra del otro. El dependiente emocional pone a su relación por encima de todo, incluyéndose a sí mismo.
Nunca es suficiente: voracidad afectiva. La persona busca tener acceso constante, no soporta la separación, ni la distancia. Contacto excesivo que puede afectar la vida diaria de ambos. Hay personas que incluso tienen problemas de sueño por tener que estar en contacto constante con su pareja por mensajes, whats o por cualquier medio tecnológico.
Sumisión ante el otro. Las personas que sufren de Codependencia emocional tienen dificultades en decir que no o en expresar sus preferencias, y no solo eso, simplemente hacen todo lo que el otro desee y necesite y se doblegan incluso aunque el otro actué abusiva y violentamente. Les parece más dolorosa la separación que lo que la persona les haga.
Baja autoestima e idealización y magnificación del otro. La autoestima de las personas codependientes depende en gran medida de la aprobación de los demás. No son capaces de proveerse de amor y cuidado, y por lo tanto lo buscan fuera. Se preocupan demasiado por lo que los demás piensan de ellos. Al mismo tiempo eso les hace engrandecer a la otra persona, a eliminar sus defectos y a maximizar a un punto irreal sus virtudes. Y seamos sinceros ¿Quién quiere dejar a Super Man o La Mujer Maravilla?, la sobrevaloración es otro factor que dificulta terminar una relación de este tipo, pues la perdida se intensifica.
Miedo a la soledad, a ser rechazado o a ser abandonado. Muchas personas son codependientes a relaciones insatisfactorias y/o destructivas porque les asusta la idea de quedarse solos o porque se sienten responsables de la felicidad de su pareja. Pero como dice mi abuela, mujer que creo muy sabia, “mejor solo que mal acompañado” o “mejor solo que sufriendo”, pero sobre todo “amate primero para amar bien”, el amor empieza en nosotros mismos, porque no hay relación más importante que fomentar que con uno mismo.
Negación del problema. Estas personas buscan no ver aspectos problemáticos de su pareja y/o de sus relaciones. Siguen atrapados en una relación insatisfactoria y a veces extremadamente abusiva, aunque en el fondo sepan que esa relación no les conviene.
Fusión con el otro, de ser dos pasan a ser uno: Límites indefinidos. Las personas codependientes a menudo se sienten responsables por los sentimientos y problemas de los demás. Se muestran excesivamente empáticos. Como tienen límites difusos, absorben con facilidad las emociones de los demás. En toda relación siempre hay un deseo de exclusividad, es normal, sin embargo, en los casos de Codependencia emocional las personas hacen todo porque nadie más “tenga” a la otra persona, hasta el punto de convertirse uno.
Búsqueda de Control. Aunque ya dijimos que las personas con Codependencia emocional a veces actúan sumisamente, también a menudo sienten la necesidad de controlar (de forma implícita o explícita) a los que están a su alrededor. Lo hacen porque controlar les aporta seguridad.
Colección de relaciones: Amplio historial. Las personas codependientes tienen un listado inagotable de parejas, grupos de amigos etc. Estas personas viven su vida alrededor de las relaciones y no la conciben sin ellas. Saltan de una a otra, muchas veces sin realizar el proceso de duelo y cierre necesario de la relación que terminan.
Pégame pero no me dejes. las dificultades aumentan con el “síndrome de abstinencia”: La persona sufre de depresión, ansiedad y en general un cuadro de angustia emocional y mental muy difícil de controlar. Esta sensación los hace sufrir ante la idea de terminar la relación e incluso retomarla aunque a la vez se retome el sufrimiento y la falta de libertad. La Codependencia puede ser tan grande, que perder al otro es perder la seguridad total y por lo tanto perder la seguridad ante la existencia y supervivencia, realmente se vive como una muerte anticipada.
La Codependencia emocional tiene entre sus desventajas hacernos vulnerables, algunas personas codependientes tienen suerte de estar con alguien que no será violento con ellos, sin embargo para que exista una relación patológica se requiere de dos, por ello, comúnmente las relaciones codependientes también son relaciones en donde se vive violencia. Hay mayor vulnerabilidad a sufrir y a ser lastimado y utilizado. Pero la mayor desventaja es la de no vivir libremente y sobre todo jamás realmente descubrir lo que es el amor y un vínculo emocional sano. Si realmente lo que quieres amar, necesitas cambiar tus patrones relacionales, curarte, para así descubrir el verdadero amor, ese que deja ser y permite ser, ese en donde la persona que está a tu lado, está porque es lo que desea y no porque es lo que le impones y porque se siente presionado a estar. La Codependencia te aleja de la verdadera incondicionalidad.
¿Cómo dejar de ser codependiente? ¿Cómo fomentar el amor sano y verdadero hacia mí y hacia los demás?
Sé libre y da libertad. Esther Perel, es una psicoterapeuta sexual de pareja que admiro muchísimo, ella dice que la libertad es la clave del deseo. En verdad pienso, ¿Cómo puedes desear a alguien con quien ya estas fusionado?, uno siempre desea algo fuera de sí, si eres un “muégano”, uno mismo, dejas de ver a la otra persona como alguien que no es tú. Se pierde ese deseo totalmente, ese intercambio tan rico y extraordinario que sucede entre dos personas diferentes. La clave del deseo y de las relaciones satisfactorias esta en permitir el misterio y el espacio, permitiendo al otro ser él, pero sobre todo permitiéndote ser tu, para que así, pueda haber un encuentro entre DOS PERSONAS. Además si das libertad, tienes otra ventaja, tener la certeza de que el otro está contigo porque quiere, no porque se siente obligado.
Se sincero contigo y con los demás. Mucha gente tiene miedo de expresar lo que siente o como le gustaría que fuera su relación, simplemente en decir lo que piensa por miedo a que lo abandonen, sin embargo, no hay mejor manera de asegurarte de que estas con la persona correcta que siendo sincero. Quien te quiere como eres, no se va a ir.
Busca el equilibrio. no pienses que te quiero vender mi “marca” MENTES EN EQUILIBRIO, jaja, pero es verdad que la armonía es básica. La verdadera felicidad en la vida se resume en encontrar el equilibrio que surge de poder estar bien con uno mismo, y también, tener relaciones sociales satisfactorias de amistad, familia y pareja.
Da el primer paso: Recupera tu vida. Solo basta con levantar el teléfono y volver a llamar a esa persona a la que dejaste de llamarle, o volver a inscribirte al gym o en el curso de francés en el que estabas, o de ir al parque a las 10 como solías para ir a echarte una cascarita. Reanuda todas esas actividades que disfrutaban y que eran parte de tu vida, te harán sentir mejor contigo mismo y con el otro.
Pide ayuda. A veces uno termina demasiado atascado en las arenas movedizas de la Codependencia. Un profesional puede ayudarte no solo a tener relaciones más sanas e independientes, sino a identificar y ser consciente de donde vienen esas conductas, la consciencia y el autoconocimiento son nuestros mejores amigos a la hora de establecer relaciones, si te conoces y sabes de “qué pie cojeas” puedes identificar si estas comenzando a relacionarte de una manera perjudicial para ti mismo, pero sobre todo te ayudará a satisfacer esas necesidades y carencias desde ti mismo. Una vez leí que de adultos es importante convertirnos en ese adulto que necesitábamos en nuestra infancia.