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Foto del escritorIrene Paola Garza Del Valle

No hay Blanco sin Negro, no se puede hablar de Felicidad sin hablar de Sufrimiento.


Para comenzar a crear este espacio de bienestar y equilibrio mental y emocional, pienso que es sumamente importante hablar del dolor y el sufrimiento. Ya que, es la razón que recurrentemente impulsa a las personas a pedir ayuda psicológica y con ello, a generar cambios en sus vidas que los hagan más felices y vivir plenamente. En mi caso, el interés tanto profesional, como personal en la psicología y la psicoterapia, justo surgió a partir de mi propio sufrimiento.

Es humanamente compartido alejarnos o luchar contra cualquier situación que nos genere sufrimiento o dolor, pues ¿A quién le gusta sentir malestar emocional? a NADIE. Y eso sumado a que nuestra sociedad nos ha educado de tal manera que nuestros principios y metas en la vida son meramente hedonistas (es decir, basados en la satisfacción, en el placer y en el éxito),hace del sufrimiento y el dolor aún una mayor frustración personal.

¿Qué es el sufrimiento? y ¿Qué es el dolor?

El sufrimiento es una reacción emocional de dolor perpetuado y prolongado innecesariamente que proviene de estados de insatisfacción y como resultado de la interpretación negativa y de las creencias irracionales que tienen algunas personas que se encuentran en situaciones opuestas a lo que desean, que afecta su funcionamiento y desarrollo a nivel personal y en las diferentes áreas de su vida. Por otro lado, el dolor es una experiencia y un estado natural sensorial y emocional desagradable que experimentan todos aquellos seres vivos con un sistema nervioso central, como reacción y respuesta ante una experiencia o situación indeseable.

Es decir, la principal diferencia entre el dolor y el sufrimiento es que el sufrimiento depende de la interpretación (negativa) consciente de la persona, mientras que el dolor es la interpretación que nuestro sistema nervioso realiza automáticamente ante un estímulo desagradable. Por ejemplo, cuando fallece un ser querido es natural sentir dolor, sin embargo, cuando la persona piensa que su vida perdió sentido y que jamás volverá a ser feliz por dicha muerte, es una disposición personal que la persona toma (inconsciente o conscientemente) de seguir sufriendo un duelo. Por lo tanto, el dolor es parte natural de la vida, pero el sufrimiento no lo es.

El dolor y el sufrimiento existen en dos formas básicas: físico y emocional. En este artículo, abordaremos a mayor profundidad el dolor y el sufrimiento emocional.

¿En qué formas se manifiesta el dolor y el sufrimiento emocional?

Alguna vez en nuestras vidas hemos tenido alguna situación difícil o dolorosa: la muerte de un familiar, una ruptura amorosa, la pérdida de un trabajo, una enfermedad, etc. El cómo reaccionamos ante estas situaciones depende de nuestro entorno familiar, social, nuestra personalidad y edad al momento de la experiencia dolorosa, entre otros factores. En general, todos procesamos la frustración y el dolor de manera diferente.

Por ejemplo, hay personas que tienden más a exaltarse o a tener un alza de energía, como quienes sufren ansiedad. Normalmente en estos casos, la persona tiene una percepción de perdida de control, que genera síntomas a nivel físico, mental y emocional, generando disfunciones en diversas áreas de su vida, como por ejemplo el sentirse intranquila la mayor parte del tiempo, no poder dormir, tener ansia y comer en exceso o no poder disfrutar o rendir de la misma manera en que solía hacerlo, etc. Por otro lado, hay personas que tienden a una disminución o decaída de su estado normal, como quienes sufren depresión. En estos casos, sufren alteraciones en su funcionamiento y desarrollo habitual, perdiendo la motivación, la energía y las ganas de seguir adelante, perdiendo el apetito, con una disminución en el rendimiento laboral y/o académico o incluso abandonando completamente su rutina y vida diaria. También, hay quienes manifiestan intensamente su frustración ante el sufrimiento a través de la agresividad y la ira, en donde la persona se encuentra en una posición defensiva e incluso de ataque, como resultado de cómo percibe el dolor que siente o como defensa para no sentirlo, como por ejemplo, siendo violento con los demás, algunas veces cometiendo actos delictivos o en contra de sí mismo.

Sin embargo, hay personas que atraviesan por esos mismos sucesos sin sufrir, y te preguntarás, ¿De verdad no sienten dolor?, ¿Cómo lo hacen? No es que no sientan dolor, ¡Claro que puede ser doloroso un proceso de duelo o un problema grave!, pero hay personas que logran manejar la situación de manera positiva, sin que afecte otras áreas de su vida, ni su equilibrio mental y emocional, sacando lo mejor, retomando fortaleza y utilizando esa situación para crecer como personas.

Y esto, no es obra de magia, la resiliencia, la asertividad, la inteligencia emocional y una visión positiva son habilidades que se van desarrollando, que pueden generarse independientemente de cómo te hayas comportado hasta ahora ante el dolor y ante el sufrimiento.

Y como psicóloga que soy, creo fielmente que todo está en la manera en que hemos aprendido a interpretar las situaciones. Los pensamientos o creencias extremistas acerca del dolor, lo convierten en sufrimiento. A continuación te enumero algunos ejemplos de las creencias disfuncionales que te impiden ver el dolor de una forma mas neutral, en parte por como lo habíamos dicho anteriormente, por la connotación y el aprendizaje social basado en el hedonismo e intolerante al dolor y la frustración:

  • El dolor y el malestar emocional son lo peor que le puede pasar a alguien

  • Nunca voy a parar de sufrir o de sentir dolor. No voy a poder salir adelante.

  • No voy a soportar este dolor o sufrimiento

  • Soy la persona que más sufre dolor en el mundo.

  • No hay solución.

Partiendo de estas creencias extremistas del sufrimiento, propongo como primer paso que analices la forma en la que estás percibiendo las situaciones , para que puedas interpretar alternativamente el dolor, eliminando el sufrimiento y combatiendo los estímulos y situaciones “indeseables” de una manera más eficaz y rápida.

En lo personal, como lo comenté anteriormente, yo también era una persona que sufría, sin embargo día a día he adoptado algo positivo de la psicoterapia, así como también del budismo y de otras visiones orientales acerca del dolor (ojo, no estoy tratando de convertir a nadie, ni que cambies de religión), las cuales creen que el dolor es parte implícita de la vida y que la aceptación de la existencia y presencia del dolor es la vía para disminuir el sufrimiento mismo. Es decir, entre más estemos buscando huir de la insatisfacción y el dolor, buscando excesivamente la satisfacción y el placer, la sensación de sufrimiento será más insoportable. A mayor aceptación de la sensación de dolor como parte del ciclo de la felicidad y de la vida misma, menor será la insatisfacción al vivir experiencias desagradables o indeseables.

Finalmente, recuerda que el dolor es parte de la vida, pero el malestar que nos genera el sufrimiento es una elección opcional. Como dijo Jean Paul Sartre, ser responsable significa ser responsable de un hecho o una cosa; en este sentido, la responsabilidad significa ser el autor de algo. Y ser consciente de ella es darse cuenta de que uno esta creando el propio destino, el propio ser, el sentido de vida, los sentimientos y en muchos casos el propio sufrimiento. Te invitamos a que descubras en Mentes en Equilibrio, un espacio en donde te ayudaremos a que tu percepción y visión del sufrimiento cambie a una percepción de mayor armonía y estabilidad. En donde podrás desarrollar una mentalidad y una actitud positiva que te permita vivir en equilibrio.

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